Hacer croquetas sabrosas y aromáticas con palatantes líquidos o en polvo es un elemento esencial de la producción de alimentos para mascotas que los perros y gatos van a adorar. Y uno de los aspectos más importantes de la palatabilidad de los alimentos secos para mascotas es la manera en la que se aplican los ingredientes de recubrimiento a la croqueta.

Para maximizar el atractivo de las comidas, es necesario que los palatantes en polvo y líquidos sean lo más accesibles posible a la alta sensibilidad olfativa y a las papilas gustativas de las mascotas. Para ayudarte a conseguirlo, te presentamos algunas técnicas operativas básicas para cada paso de recubrimiento. ¡Comienza el tour guiado!

 

Hacerlo accesible y uniforme

 

Las mascotas responden mejor a las croquetas cuando los palatantes son lo más accesibles posible para sus narices y lenguas. Además, ellos pueden detectar cuando el recubrimiento no está aplicado de forma pareja. Los gatos, por ejemplo, despreciarán las croquetas que no estén cubiertas correctamente.

 

  • Cada paso del proceso de recubrimiento se lleva a cabo de manera tal que maximice la homogeneidad y accesibilidad de los palatantes.

 

Respetar las secuencias

 

El orden en el que se aplican la grasa y los palatantes afecta directamente la accesibilidad y el rendimiento de los palatantes. El objetivo es asegurar que los palatantes no se encapsulen en la grasa.

 

Además, el tiempo utilizado para esparcir la grasa y los palatantes sobre las croquetas determina la manera en la que se unen a la superficie de las croquetas y la homogeneidad en la que se distribuye el recubrimiento.

 

  • Para obtener mejores resultados, aplicar la grasa, el palatante líquido y el palatante en polvo, en ese orden.
  • Dejar transcurrir tiempo suficiente para que cada componente se una completamente a la croqueta antes de aplicar el siguiente.

 

Dosificar con el equipo correcto

 

Para alcanzar tu objetivo de palatabilidad sin excederte del presupuesto, necesitas una dosificación precisa de la grasa, el palatante líquido y el palatante en polvo. El equipo utilizado es fundamental para garantizar el éxito.

Las bombas volumétricas han demostrado ser más precisas para dosificar grasas y palatantes líquidos. Tienen un rendimiento consistente y eficiente ya que su caudal es constante y parejo cualquiera sea la presión. Si se calibran correctamente según las características del líquido – densidad, temperatura y viscosidad – y se configura la tubería entre la bomba y el aplicador, estas bombas son ideales para la aplicación dosificada de líquidos.

Para la aplicación de polvo, los alimentadores por pérdida de peso son la mejor solución para lograr una cantidad consistente. Con este tipo de equipo, la velocidad de el o los tornillos que dispensan el polvo se ajusta continuamente en relación con la medición de pérdida de peso por segundo.

 

  • Se prefieren las bombas volumétricas calibradas correctamente para dosificar los palatantes líquidos y la grasa.
  • Se prefieren los alimentadores por pérdida de peso para dosificar los palatantes en polvo.

 

Distribuir amplia y constantemente

 

La distribución efectiva es otra clave para el éxito del recubrimiento. La grasa, los palatantes líquidos y los palatantes secos se deben distribuir sobre una gran superficie de croquetas durante un período suficiente para asegurar el contacto directo con el mayor número de ellas.

Para la aplicación de líquidos y grasa, elegir las boquillas correctas permite distribuir una cantidad constante sobre un área amplia. Asimismo, utilizar varias boquillas de diferentes capacidades, separadas con válvulas neumáticas intermedias, permite una mayor flexibilidad según el flujo necesario. Finalmente, también es importante posicionar con cuidado las boquillas en el aplicador para que el rociador apunte hacia las croquetas en movimiento.

El uso de distribuidores mejora el recubrimiento de polvo. Los esparcidores vibratorios, por ejemplo, permiten distribuir los palatantes secos sobre superficies grandes con un flujo consistente e ininterrumpido, lo que asegura el contacto directo con el número máximo de croquetas.

 

  • Para una aplicación consistente, rociar la grasa y los palatantes sobre una superficie grande de croquetas durante aproximadamente 60 segundos.
  • Para la grasa y los palatantes líquidos, utilizar varias boquillas separadas mediante válvulas neumáticas para controlar el flujo y la forma de rociar fácilmente.
  • Utilizar distribuidores vibratorios para asegurar un flujo constante y continuo del polvo.

 

Mezclar y remezclar

 

El tiempo y la intensidad de la mezcla son igualmente importantes para asegurar la adecuada distribución de la grasa y los palatantes en toda la superficie de cada croqueta. Mezclar durante un período demasiado corto puede provocar que las croquetas no se recubran de forma pareja. Mezclar con mucha intensidad puede provocar que las croquetas se rompan o se desintegren y queden hechas polvo.

 

  • Mezclar las croquetas durante al menos 45 a 60 segundos luego de cada secuencia de esparcimiento para asegurar un intercambio optimizado de ingredientes.
  • Controlar la intensidad de la mezcla para evitar que se rompan las croquetas y generar polvo.

 

Rastrear el palatante

 

Si sigues las guías mencionadas anteriormente, tu recubrimiento debería acercarse a la perfección. Pero si aun tienes dudas, existen métodos para evaluar la calidad de tu procedimiento de recubrimiento. Se pueden utilizar rastreadores para medir la cantidad real de palatante seco aplicado a las croquetas individuales. Esto permite controlar de manera precisa el rendimiento del proceso para asegurar que el capital que has invertido en la palatabilidad no vaya por el drenaje.

 

Puntos para llevar a casa

  • La accesibilidad de los palatantes en la superficie de la croqueta y la homogeneidad del recubrimiento son esenciales para el rendimiento de la palatabilidad.
  • La dosificación de la grasa y los palatantes, la superficie, la duración del esparcimiento, el tiempo de la mezcla y la intensidad de los procesos de la mezcla son parámetros claves para asegurar un recubrimiento homogéneo.